Hello! Project: la fábrica de artistas que derribó mis prejuicios idol
Confesiones de un converso.
Esta semana no hay Express, pero sí un texto bastante extenso donde me explayo sobre Hello! Project, una de mis recientes obsesiones que realmente siempre estuvo ahí, pero que por unas cosas y otras –basadas en ciertos prejuicios–, nunca presté mucha atención…hasta ahora. Acompañadme en esta historia de redención ante la legendaria agencia idol.
Permitidme empezar con una confesión que, en realidad, es una rectificación: mi relación con Hello! Project no es nueva, pero mi aprecio sí lo es. Durante años, mantuve una distancia escéptica, casi hostil, con el fenómeno idol en su conjunto. Mi educación musical, forjada entre los paisajes sonoros de Cornelius, la genialidad inclasificable de la primera década de Shiina Ringo1, el rock melódico de L'Arc-en-Ciel o la intensidad de grupos como ASIAN KUNG-FU GENERATION, me había dotado de una vara de medir muy específica. Buscaba autoría, destreza instrumental y una visión artística personal. Y el mundo idol, en su superficie, parecía la antítesis de todo aquello.
Por supuesto que conocía a Hello! Project ya en esa primera década del milenio. De hecho recuerdo que en revistas como Minami o incluso Superjuegos (esta última por cierta saga de juegos que menciono abajo) solían hacer cierto seguimiento del tema. ¿Quién que estuviera prestando un mínimo de atención a la música japonesa en los 2000 no conocía a Morning Musume o incluso a sub units como las Mini Moni? Su impacto fue tan masivo por esos años para la gente interesada en la cultura pop del país que era imposible ignorarlas por temas como Love Machine o The Peace. De hecho, por alguna razón, me acuerdo perfectamente de cosas como el revuelo mediático que rodeó a Ai Kago y su complejo regreso2 así como de la generación de Momusu comandada por Ai Takahashi y Tanaka Reina3 en la segunda mitad de la década.
Pasados los años, también me viene a la memoria la triste noticia del cáncer de Tsunku (que perdió la capacidad de hablar a causa de eso, pero eso no le ha hecho quedarse parado), una figura que, por supuesto, ya respetaba profundamente por ser el cerebro detrás de una de mis sagas de videojuegos favoritas, la genial Rhythm Tengoku/Paradise. Es más, lo conozco desde la misma época que descubrí a los citados Laruku4; y más recientemente comenté el debut de Ayaka Wada porque, obviamente, ya sabía de Angerme. Así que conocía las piezas, pero no me había detenido a ensamblar el puzle. Eran famosas, sí; había escuchado cosas, también, pero mis gustos, como ya he dicho, iban por otros derroteros. Y mi escepticismo se sumaba la frustrante dificultad para acceder a su música, a menudo encerrada tras las barreras de un streaming restrictivo5 que dificultaba un juicio justo desde fuera de Japón.
Pero mi principal punto de fricción era ver en programas como Music Station a grupos del estilo como AKB48. Tras un lustro de carrera sin pena ni gloria (entre 2005 y 2010 vendían incluso menos que unas Morning Musume en horas bajas6), su popularidad explotó. ¿El detonante? Un videoclip, Heavy Rotation, donde un ejército de chicas en lencería interactuaban entre ellas sin más gracia que lucir palmito. Un movimiento de marketing quizás brillante7 para captar la atención de un target dispuesto, pero que para mí era otro indicativo de que la música era secundaria frente al estímulo visual.
A partir de ese momento no paraba de ver a este ejército de chicas vendiendo millones de discos con canciones que, salvo contadas y brillantes excepciones como la mítica Koi Suru Fortune Cookie8 o la agresiva UZA9 faltaba algo más interesante en materia musical. Veía actuaciones donde el semi-directo era un poco cuestionable…y eso que su carrera se centraba sobre todo en actuar todos los días en su propio teatro, por lo que práctica en principio tenían. Y aunque siempre tuve debilidad por la imponente presencia escénica de gente como Kojiharu (Haruna Kojima) o el carisma de Acchan (Atsuko Maeda10), era consciente que sus fuertes no eran precisamente el talento vocal. Tampoco veía virtuosismo en el baile ni siquiera una belleza que rompiera moldes. No entendía nada. ¿Dónde estaba el truco?
El truco, claro está, es que yo buscaba un producto musical, y AKB48 generó un brillante fenómeno social. Vendía la cercanía de los eventos de handshake, el drama casi deportivo de las elecciones generales11 y la ilusión de que "la chica de al lado" podía convertirse en una estrella que podías conocer12. La música era la banda sonora de ese circo, no el evento principal, más bien un espectáculo que, como supe más tarde, a menudo se cobraba un alto precio personal de sus protagonistas13. Y aunque con el tiempo he aprendido a reconocer que en su vasto catálogo hay temas realmente buenos como ya mencioné, mi percepción sobre el estándar de sus actuaciones e interpretaciones no ha cambiado. La prueba más reciente y flagrante fue su versión del Love Machine de Morning Musume en 202414: una demostración palmaria de que, vocalmente, les faltaba la fuerza y el desparpajo que el tema original exige.
En la misma época en la que AKB48 reinaba con diferencia, Morning Musume se centró en el EDM con fantásticos resultados.
También tengo que reconocer que no solo tenía en cuenta las formaciones mencionadas. Sin ir más lejos, ya tuve mis intentos de incursión en la escena de WACK…pero tampoco cuajaron del todo. Respeto su actitud punk y su valor transgresor, pero el caos y el shock value parecían primar sobre una artesanía musical que yo echaba en falta15. Y qué decir de las Dempagumi Inc., las Momoiro Clover Z…pues un poco lo mismo16: en las primeras, el caos adorable a menudo eclipsaba la melodía; en las segundas, su desbordante energía genki me recordaba más a un evento deportivo que a un concierto. Mucha puesta en escena y gran actitud, pero musicalmente no encontraba motivos para prestarles la misma atención.
Y así, con los prejuicios en la mochila, decidí darles una oportunidad real a esas chicas que cantaban Love Machine.
El Redescubrimiento: Donde la artesanía se impone al artificio
Lo primero que me llamó al analizar H!P con oídos nuevos fue fijarme mejor en la figura de su arquitecto, Tsunku. Comprendí que su rol iba más allá que el de un simple productor; era un autor con una firma sónica inconfundible. Su ADN musical, empapado de funk, R&B, soul y un pop de una complejidad melódica y armónica endiablada, exige, inevitablemente, que las intérpretes sepan cantar.
Pero la gracia ha sido ver que Tsunku no es un autor estático a diferencia de otros casos; su estilo ha evolucionado con los tiempos sin perder su esencia. La "Golden Era" de Morning Musume (finales de los 90-mediados de los 2000) estaba marcada por un pop elaborado, muy optimista y vitalista con toques de disco y funk17 (Renai Revolution 21, incluso el jazzy Mr.Moonlight ~Ai no Big Band~ que tiene muchas reminiscencias del Takarazuka Revue). Luego llegó la llamada "Platinum Era" (aprox. 2007-2010), donde las composiciones se volvieron más complejas, melancólicas y contenían arreglos sofisticados, exigiendo aún más a sus intérpretes (Resonant Blue, Shouganai Yume Oibito).
Y siempre con sus momentos experimentales (The Manpower en su totalidad por ejemplo), inclusión puntual de géneros (el eurobeat de SEXY BOY ~Soyokaze ni Yorisotte) y esos míticos pasajes de temas como los UH! AH! en Koi no Dance Site18 o la parte de la danza cosaca de Souda! We’re Alive que a día de hoy aún sorprenden. Ya en el último decenio, se abrazó el EDM y las coreografías más basadas en el footwork para crear himnos de una energía frenética (Wagamama Ki no Mama Ai no Joke, One Two Three), demostrando una capacidad de adaptación asombrosa. Es cierto que, hoy en día, es un tipo que no compone todo el material de H!P (lo sigue haciendo para Morning Musume, pero principalmente parece que es más supervisor general que otra cosa), ya que hay otros compositores a tener en cuenta como Sho Hoshibe o KOUGA que han tomado el relevo en muchos grupos. Pero el ethos de Tsunku persiste: la música es el pilar, y la calidad vocal no es negociable.
De repente, también entendí que grupos como las recientes versiones de Morning Musume o de grupos hermanos como ANGERME no solo ejecutaban coreografías; se dejaban la piel. Sus bailes eran atléticos, físicamente demandantes, llenos de energía y formaciones complejas. Es ponerse actuaciones en directo de cualquiera de estas notar una energía rockera y una potencia escénica que a veces me recordaban más a una banda que a un grupo de idols. Me sumergí en Juice=Juice y encontré una sofisticación vocal y unos arreglos que coqueteaban con el city pop y el jazz. Descubrí mejor BEYOOOOONDS y su maravillosa locura teatral, fusionando música con sketches y demostrando una versatilidad apabullante que, por cierto, recuerdan mucho a la época dorada de Morning Musume.
Pero lo que me terminó de volar la cabeza fue ver que todo esto al final no se trataba de una época puntual. Desde LOVE Machine hasta la reciente Yuukan na Dance, pasando por joyas como Ijiwaru Shinai de Dakishimete yo, A gonna, Oh my wish!, Tomo yo o Now Now Ningen, la consistencia de Hello! Project es asombrosa. Es “banger tras banger”, tanto en el presente como en el pasado. Y eso sin mencionar que ANGERME parece una locomotora sin frenos en directo, y BEYOOOOONDS… bueno, BEYOOOOONDS es un género en sí mismo. Una especie de musical sociológico sobre el Japón contemporáneo con coreografía idol, comedia absurda y energía 100% desenfadada. ¿Cómo no caer rendido ante algo así?
Esta atención al detalle se extiende a la producción vocal. Mientras que en grupos como Nogizaka46 a menudo me cuesta distinguir quién canta qué, debido a una producción que favorece un sonido coral, casi etéreo, donde las voces se mezclan en una textura homogénea y suave. Pero en Hello! Project ocurre lo contrario ya que la producción busca deliberadamente resaltar las personalidades vocales. Se puede identificar el color de voz de cada integrante, sus tics, sus fortalezas. Los solos y las líneas repartidas no son aleatorios, están pensados para que cada una brille, creando un diálogo entre voces distintas que enriquece la canción. Son personalidades marcadas, no un coro anónimo.
Angerme en el evento de graduación de Rikako Sasaki hace un año.
El caso es que, curiosamente, aún teniendo evidentes similitudes, se aplican diferentes planteamientos en comparación con otros grupos del espectro. Por ejemplo, he notado que tanto Nogizaka46 como ANGERME beben a menudo de la música disco, pero su enfoque revela sus filosofías opuestas. En las Nogi, el uso de arreglos disco a menudo parece un vehículo para la nostalgia, un sonido elegante y retro que acompaña a una imagen pulcra. En ANGERME, esa influencia se traduce en energía, en líneas de bajo potentes y ritmos bailables que invitan al sudor y al movimiento, no a la contemplación. Vaya, que unas lo usan como decorado para evocar una elegancia del pasado; las otras, como motor para impulsar una energía arrolladora en el presente.
En fin, que el talento en H!P no parece ser una opción; es el requisito mínimo. El entrenamiento vocal no era un mito, se oía. El baile era una disciplina física, no un mero posado estético. Y esas aptitudes en acción son palpables: la presencia magnética y la increíble habilidad para el baile de Rikako Sasaki; el poderío vocal de Sakura Oda19 o el de la que fue capitana de las citadas Angerme, Akari Takeuchi; e incluso ese toque de genialidad desenfadada y cercanía de gente como Ayumi Ishida, que sin dejar de ser una performer de primer nivel, transmite una naturalidad que conecta.
La profesionalización: de concurso de talentos a cantera de artistas
Pero H!P no nació siendo así de pulcro. Es interesante mirar atrás y darse cuenta de que Morning Musume comenzó en 1997 en un segmento del programa matinal ASAYAN. Fue, en esencia, un concurso de talentos. Y lo más irónico es que la ganadora oficial del concurso20 tuvo una carrera discreta, mientras que las cinco finalistas a las que Tsunku dio una segunda oportunidad formaron el grupo que haría historia. Las primeras generaciones tenían precisamente ese aire de "chicas normales metidas a idols" que más tarde se convertiría en el sello de AKB48.

La conexión es, de hecho, directa y tangible. La coreógrafa de la primera y gloriosa época de Morning Musume fue Mayumi Natsu (fallecida en 2023), la misma que años más tarde se encargaría de definir los movimientos de las primeras generaciones de AKB48. El ADN era compartido. Entonces, ¿qué cambió? Que Hello! Project, en lugar de duplicar esa fórmula, tomó un camino radicalmente distinto: el de la profesionalización.
Esto mismo se materializó en un sistema casi único en el mainstream idol: el Hello! Project Kenshuusei (anteriormente conocido como Hello! Pro Egg). Es una auténtica cantera, una "masía" del J-Pop donde chicas muy jóvenes entran para recibir una formación intensiva durante años. Aprenden canto, baile, actuación y disciplina mucho antes de tener la oportunidad de debutar en un grupo principal. De hecho históricamente a veces actuaban como teloneras en los conciertos de sus senpais (veteranas), pero incluso lanzaban su propia música y empezaban a tener una toma de contacto con el escenario.
Este sistema, con sus más y sus menos, asegura una base de calidad y una ética de trabajo que se nota a leguas cuando finalmente debutan. No es un casting de talentos para encontrar a la chica más popular del momento; es un programa de desarrollo a largo plazo para formar artistas completas. Por ejemplo, y aunque las primeras ya no son parte del lineup actual, Kobushi Factory y Tsubaki Factory merecen su mención ya que ambas nacieron desde el sistema Kenshuusei. Aunque Kobushi cerró su ciclo con una fuerza vocal impresionante —¡ojo a ese selfcover a capella de Nen ni wa Nen!—, Tsubaki ha ido demostrando que el refinamiento también puede tener chispa idol. Son ejemplos clarísimos de cómo H!P ha sabido cultivar propuestas distintas bajo el mismo ADN.
Una de tantas actuaciones top de las recientes generaciones de Momusu. Por cierto, me hace gracia que sigan con la puesta en escena del PV de este mítico tema del 2003.
La prueba definitiva de esta credibilidad musical es ver casos como a las Morning Musume actuando en el Rock in Japan Festival21. Este no es un festival de idols22, de hecho es uno de los eventos de rock más importantes del país. Que un grupo como ellas no solo participe, sino que reciba ovaciones y respeto en un escenario así, ante un público no necesariamente predispuesto, habla volúmenes de su capacidad en directo. Sinceramente, me cuesta horrores imaginar a la mayoría de grupos de Sakamichi (salvo quizá las Keyakizaka46, ahora conocidas como Sakurazaka46) en un entorno similar con ese recibimiento.
El trampolín musical y el legado viviente
Pero el principal argumento que cimentó mi conversión fue observar la vida de la mayoría de idols después de su graduación. Este es el indicador más claro de la filosofía de una agencia. El sistema H!P funciona como un trampolín, sí, pero es un trampolín para que sigan en la música si así lo desean.
Pensemos en el caso de Asuka Saito (ex-Nogizaka46, de las Sakamichi Series). Un talento innegable y algo singular, con inquietudes artísticas demostradas. Se codeaba con gente como Etsuko Yakushimaru o Mondo Grosso (el tema de arriba es una colaboración entre los tres) y de hecho, actualmente, copresenta un programa musical semanal en Asahi TV con Hama Okamoto (bajista de OKAMOTO'S y fan confeso de Morning Musume) donde se junta con todo tipo de artistas que normalmente suelen ser de Sony Music Artists. Tiene la voz, el gusto, los contactos y la plataforma para una carrera musical fascinante a priori. Y sin embargo, su camino claramente está siendo el de la actuación y el modelaje.
Un hipotético talento musical flagrantemente desaprovechado, donde también podríamos meter a Aces compañeras como Mai Shiraishi o Nanase Nishino y tantas otras caras importantes que se han centrado en otros aspectos del entretenimiento. Hay que reconocer, sin embargo, la extraordinaria habilidad de las Sakamichi Series (especialmente Nogizaka46) para seleccionar miembros no solo con carisma y potencial mediático inmediato, sino con una presencia y versatilidad que aseguran la longevidad y coherencia del grupo a través de múltiples generaciones. Chicas como Nagi Inoue, Teresa Ikeda o las nuevas promesas que van surgiendo, como una ya muy presente Moeka Yada, son testamento de ese ojo clínico para construir formaciones con mucha vida por delante dentro del propio sistema grupal23.
El caso es que, al respecto, siempre me acuerdo de canciones de graduación en el mundo Sakamichi que suelen ir sobre el futuro de la chica de turno, como Anata Kara no Sotsugyou, el tema de graduación de Mai Shinuchi, que habla de la emoción de una nueva etapa que pintan que va a dar mucho de sí... para luego quedarse en agua de borrajas a nivel musical e incluso en general. Es un patrón. Supongo que porque sus agencias principales (especialmente Sony, que gestiona a las Nogi) tienen intereses mucho más amplios en el entretenimiento y ven a las graduadas como talentos versátiles a los que es más seguro y rentable dirigir hacia la actuación, la TV o el modelaje, áreas donde ya han construido una base de fans durante su etapa idol y donde la competencia, aunque existe, es diferente a la de la música solista pop.
En el otro lado del espectro, tenemos a otra ex Nogi como Erika Ikuta24. Su bonita voz e interés musical la ha llevado a seguir en la industria, pero da la impresión de que es una excepción que confirma la regla, impulsada por un interés genuino y una vocación personal tan fuerte que era imposible de ignorar, más que por un sistema que la empujara a ello. El resto de sus compañeras, como las mencionadas y las que todavía no se han graduado, como Minami Umezawa y su metro setenta, encajan perfectamente en el rol de modelo de pasarela para esa estructura también parece prepararlas, ya que tampoco es que las muestren en entornos musicales más allá de lo que se hace en Nogizaka46.
La carrera en solitario de Tomomi Itano después de irse de AKB48 empezó con muchas expectativas, pero al final fue un visto y no visto. Como también pasó en el caso de Atsuko Maeda…
Y es que, quizás, la filosofía de Yasushi Akimoto (el creador de AKB48, Nogizaka46 y sus grupos hermanos) pasa por evitar que las graduadas hagan sombra o compitan directamente con sus grupos en activo. Su modelo parece favorecer que se despidan de la música con un último tema en solitario y el concierto de graduación de turno, un gesto que se vende como un regalo final al fan, pero que en realidad es un "aprovecha a escuchar por última vez a tu oshi" ya que la música se queda en el grupo. Refuerza esa mentalidad de "escaparate" y es una verdadera desventaja para el fandom que desearía seguir apoyando la carrera musical de su favorita y no para verla como panelista de un programa de TV, escucharla en la radio o comprobar sus dotes de interpretación en un dorama, que es donde muchas suelen optar por seguir en la industria del entretenimiento.
Ahora, miremos a H!P. Que una graduada siga en la música es casi la regla. La propia agencia lo fomenta con el M-line Club, aunque realmente no hace falta que estén ligadas en el mismo para seguir con sus actividades. Y ¡qué carreras! Desde leyendas como Maki Goto25 o Aya Matsuura, hasta casos recientes como Airi Suzuki (ex-°C-ute) que se ha consolidado como una solista pop a tener muy en cuenta. Ayaka Wada (ex-ANGERME, de hecho era su histórica líder) ha tomado un camino más íntimo e intelectual, fusionándolo con su música alternativa y creando un perfil de artista total escribiendo temas como Une idole, que es un manifiesto anti-idolatría desde dentro del sistema. Y otras como Karin Miyamoto (ex-Juice=Juice) continúa explorando un pop sofisticado y enérgico.
Sayumi Michishige, una de las míticas de Morning Musume, con Seiko Oomori (y reversionando uno de los mejores temas de esta última).
Y luego están las colaboraciones que rompen barreras, como la de Sayumi Michishige con la icono del underground Seiko Oomori26. ¿Una ex-líder de Morning Musume, epítome del kawaii, trabajando con una de las artistas más transgresoras y viscerales de Japón? Eso solo ocurre cuando la credibilidad artística está por encima de las etiquetas. Y es más, no es raro que las graduadas vuelvan a colaborar con sus grupos. Por ejemplo, el disco que Morning Musume sacó en 2018 con miembros de generaciones pasadas es un ejemplo de cómo H!P celebra su legado en lugar de esconderlo27. Es una gran familia, no tanto una cadena de montaje.
Navegando por el ecosistema: Otras vías del universo idol
Para ser justos, el panorama idol es mucho más que H!P vs. Akimoto. Existe una fascinante 'tercera vía' ocupada por grupos más tradicionales como Perfume, localistas como Negicco o incluso proyectos más underground como Ryutist. ¿Por qué en mi cabeza nunca los he catalogado como 'idols mainstream' en el mismo saco que los anteriores? Porque su esencia siempre me pareció radicalmente diferente. Estos proyectos funcionan, ante todo, como vehículos para una visión musical autoral fuerte y definida (encarnada por productores como Yasutaka Nakata en Perfume por poner un ejemplo claro), utilizando el formato idol como estructura, pero sin que el 'sistema' o la rotación de miembros sean el núcleo del concepto.
A diferencia del modelo de 'fábrica' de Akimoto o incluso de la 'cantera' musical de H!P, grupos como Perfume surgen más como una banda o proyecto artístico con identidad sonora fija, donde la prioridad absoluta es la evolución musical del conjunto estable, no el fenómeno social alrededor de la accesibilidad o el recambio generacional.
Ciertamente hay similitudes entre Tsunku y Yasutaka Nakata ya que son, ante todo, autores musicales; su obra central es la canción, el sonido, la producción. Pero el caso de Akimoto es más de autor conceptual; su obra maestra es el sistema mismo, el drama social, la narrativa. La música es un componente vital, pero dentro de una instalación artística mayor. Como decía, Perfume, Negicco o Ryutist encajan más en el primer arquetipo: la música es la instalación principal, y el formato idol es la estructura que la sostiene y presenta. Este ecosistema también incluye a grupos como Momoiro Clover Z. Tampoco encajan en el molde por su formación estable, su estética de "super sentai" (superhéroes) y su ausencia del sistema de graduación, por lo que juegan en otra liga. Son un modelo de éxito distinto, basado en la energía y la consistencia de sus miembros como un equipo fijo.
Y ese ecosistema sigue mutando. Hoy tenemos fenómenos como Fruits Zipper, cuyo éxito masivo con Watashi no Ichiban Kawaii Tokoro se basa en la viralidad de TikTok y una estética kawaii llevada al extremo. O el universo de las seiyuu-idols, como =LOVE (producidas, curiosamente, por la ex-AKB48 Rino Sashihara, demostrando que hay vida musical post-48G, aunque sea desde la producción) o los proyectos multimedia como BanG Dream!. Son otros modelos, con otros objetivos y nuevos públicos, que enriquecen el panorama.
Pero esto plantea una pregunta interesante sobre la naturaleza del éxito. La viralidad de un hit de TikTok es explosiva pero potencialmente efímera. Crea un "momento". El modelo H!P, con su formación a largo plazo y su enfoque en la actuación en directo, busca construir un "legado" demostrando que se puede ser mainstream y construir una herencia musical.
Arriba, la Momusu recientes versionando uno de los himnos de las primeras generaciones en The First Take.
No en vano, sus regrabaciones de clásicos (como las versiones actualizadas de Morning Musume que se encuentran en discos recientes) son tributos vivientes a su historia. La experiencia como fan también difiere: participar en la viralidad es un acto social inmediato; seguir la carrera de una idol de H!P se asemeja más a seguir a un artista tradicional, esperando sus álbumes, analizando su evolución y comprando una entrada para ver su destreza en un escenario. H!P demuestra que se puede construir una herencia musical perdurable.
Esta conexión no es solo una estrategia de marketing; se percibe en cómo las nuevas generaciones de H!P se apropian de los clásicos, los interpretan con respeto y su propia energía, creando un linaje que rara vez vemos en sistemas donde el pasado se archiva tan rápido como llega el siguiente single.
Entonces, ¿cuál es la explicación? Respondiendo a la pregunta clave

Tras todo este "análisis", la respuesta a la pregunta inicial – que principalmente es: ¿por qué en Hello! Project gran parte de las chicas siguen en la música mientras que en el universo Akimoto es una rareza?– se vuelve clara y multifactorial:
Filosofía del Fundador: Hello! Project fue creado por un músico (Tsunku). Su prioridad siempre fue la calidad de la canción y la interpretación. El universo Akimoto fue creado por un letrista y productor conceptual (Yasushi Akimoto). Su prioridad es el concepto global y el impacto social. El ADN es distinto desde el origen.
El Sistema de Formación: El sistema Kenshuusei de H!P es una escuela de formación de artistas. El sistema de Akimoto es un casting continuo en busca de popularidad y personalidades mediáticas. O sea, mientras unos forjan músicos y/o intérpretes, otros forjan celebridades.
El Foco del Producto: Desde siempre, el producto culminante de H!P es el concierto en vivo, donde la habilidad musical y escénica es puesta a prueba. O sea, el fan de AKB48 podía sentir la cercanía en cada apretón de manos y el seguidor de H!P, aunque también valora la interacción, encuentra la verdadera conexión en la intensidad de un live o en la evolución de la técnica vocal de su oshi. En cambio, el producto culminante del modelo Akimoto suele ser el evento de interacción social (el citado handshake) o el drama televisado (elecciones, programas como Nogizaka Under Construction). Al final el foco de la actividad determina las habilidades que se desarrollan.
La Infraestructura Post-Graduación: H!P tiene una estructura (M-line Club, o sus propios label) diseñada para dar continuidad a las carreras musicales de sus graduadas. El modelo Akimoto carece de este soporte explícito, lo que sugiere (y es evidente) que la carrera musical post-grupo no es una prioridad estratégica.
La Demanda del "Oficio": Sencillamente, la música de H!P, con su complejidad y exigencia vocal, obliga a sus integrantes a convertirse en cantantes competentes. Sobrevivir y destacar en H!P requiere un nivel de habilidad musical que, de forma natural, proporciona las herramientas y la confianza para seguir una carrera en solitario. Fuera de este ecosistema no noto el mismo interés ni técnica, la verdad.
Encontrando mi hogar en el universo idol
Airi Suzuki en el Budokan. Ejemplo de post graduación exitosa de la factoría Hello! Project.
Así que ya veis que este viaje me ha enseñado que el "mundo idol" no es un monolito. Dentro de él conviven filosofías radicalmente opuestas. Y no se trata de lanzar juicios de valor absolutos. El modelo de Akimoto, con su revolucionaria forma de entender el engagement del fan, deja claro que una genialidad del marketing. La estética de Sakamichi es impecable y sus coreografías, aunque sencillas, son de una belleza visual innegable. Y alternativas como WACK son vitales para aportar diversidad y una dosis de punk necesaria en un mundo de apariencias amables. Pero para alguien que viene de escuchar a artistas que viven por y para su música, que valora la técnica, la composición y la emoción de un directo bien ejecutado, el modelo de H!P ofrece una profundidad que satisface al oyente que se pueda considerar más exigente.
Ha demostrado que se puede ser mainstream y, a la vez, tener "dientes". Fomenta un ecosistema donde, por ejemplo, una chica como la citada Sakura Oda, puede entrar a los 12 años y salir a los 25 como artista completa. Así que sí, me he vuelto fan. No de todo el fenómeno idol, sino de un rincón específico que respeta la música tanto como yo. Un lugar donde el éxito no se mide solo en ventas millonarias o visualizaciones virales, sino en el legado artístico tangible de las personas que lo conforman. Y en un panorama a menudo dominado por lo efímero, encontrar algo que aspira a perdurar es, cuanto menos, reconfortante. El escéptico que llevaba dentro encontró en Hello! Project lo inesperado: un universo idol donde la música manda.
¿Echáis en falta casos específicos y más ejemplos de música de Hello! Project? Pues he hecho otra entrada para subsanar eso mismo.
Una puerta de entrada a Hello! Project: 50 canciones esenciales
Tras el viaje de conversión de la última entrada, quizá hayáis pensado: 'Vale, me has convencido… pero apenas has puesto ejemplos musicales...'. Así que me puse manos a la obra para hacer un muestrario de temas emblemáticos y/o que me gustan para sacar este anexo. Al principio pensé en 25 canciones... pero me emocioné a…
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Gracias por estar al otro lado.
Nos vemos el próximo viernes 11. Retomaremos el express, sí ¡Pasadlo bien!
Hasta Heisei Fuuzoku y Goraku (ambos inclusive), me parecía una carrera perfecta.
Cosas del mundo idol: creo recordar que la pillaron fumando a los 16 años y la echaron de la agencia. Realmente también por este tipo de casos, como lo que pasó con Minami Minegishi (le hicieron raparse el pelo y grabarse disculpándose a “los fans” por haber sido vista con un chico), no terminaba de congeniar con todo esto.
Eran de mi generación y, queráis o no, en verdad es un punto importante para tenerlas en cuenta (rollo por cosas como “¡ah! esa chica tan mona nació el mismo año que yo” y lo de compartir algo de pertenencia generacional por lo general y cosas así). Realmente pocas idols se me ocurren que compartan edad conmigo salvo las veteranas de las Nogi, la irrupción de AKB48 también…Ah y las Perfume y las Negicco (curiosamente las que tengo más presentes…¿véis lo que decía de la coincidencia de edades?). Ya las actuales generaciones son bastante más jóvenes obviamente, por lo que esa sensación ya se ha perdido.
En uno de los canales secundarios de TV3 emitieron ¿en 2002 puede ser? el anime DNA² de Masakatsu Katsura. El opening era el mítico Blurry Eyes de L'Arc-en-Ciel mientras que el ending llamado Single Bed era un tema de Sharan Q…que a la postre era el grupo donde Tsunku era el vocalista. Este era el tema, aunque el vídeo no es del 94 (año de la canción) como se puede comprobar:
Justo en este 2025 Hello! Project ha puesto en Spotify bastantes cosas de sus sub units y solistas, pero nada de los grupos principales a no ser que ya no estén en activo. Curiosamente fuera de Japón, en Apple Music, sí se encuentra disponible prácticamente todo el catálogo de Morning Musume, Angerme y demás formaciones.
La salida de Natsumi Abe (y en general una época con constantes salidas y entradas, por ende bastante inestable) afectó mucho a la formación. Lo curioso y relevante es que en la actualidad venden como el doble o triple que en esa época. Eso sí, su rango de ventas es de unas 100.000/200.000 copias (frente al millón o medio millón de la época dorada), un escalón por debajo de Nogizaka46 y AKB48, que en estos días rondan las 300.000-500.000 copias por lanzamiento.
Aunque…bueno, discutible. De hecho me da la impresión que fue ya un último recurso sabiendo que no vendían mucho y que, sin ir más lejos, ya las echaron de Sony para recalar a una major “menor” como King Records.
Que las cosas como son, es uno de los temas insignia de la década pasada:
Me da la impresión de que en Wack tomaron nota de este single (aunque creo que BiS ya estaban en activo por ahí):
Me acuerdo de la que se montó cuando anunció su graduación y se decía que unos cuantos se suicidaron por dicha noticia, aunque al final eran rumores que se quedaron ahí.
Elecciones que se hacen para elegir quienes forman parte del lanzamiento de turno. También se hacían en el mundo Sakamichi creo recordar.
Mismamente el lema de AKB48 siempre ha sido 「会いに行けるアイドル」"Idols que puedes ir a ver" o también traducido como "idols que puedes conocer en persona."
Como lo de la nota 3.
Veo que Maki Goto, la ace junto a Natsumi Abe en la época dorada de Morning Musume, actuó recientemente con las AKB48 en una interpretación conjunta de ese mismo tema:
Quizá las ExWHYZ son las que se salvan en ese sentido por sus colaboraciones con Seiho o Mondo Grosso, ya que son artistas que me suelen interesar.
Realmente tengo que reconocer que Momoiro Clover Z comparte mucho del sonido y actitud de algunas etapas o grupos de H!P.
Sin olvidar que al principio eran más bien parecidas a grupos como Speed. De hecho en los inicios, era música más adulta por así decirlo. Ya después con la entrada de la cuarta gen, la tendencia cambió a un pop más acorde a las edades de estas últimas, pero antes de esto los temas eran muy “rollo” amor y desamor adolescente/universitario.
Tema que salió en juegos como Osu! Tatakae! Ouendan y en Donkey Konga.
Justamente mientras escribía el texto resulta que Sakura Oda ha anunciado su graduación en Morning Musume para 2026…
Que tenía la finalidad de ser la nueva cantante de Sharan Q.
Las Momoiro Clover suelen aparecer en estos festivales también. Pero vaya, ya digo que son del mismo espectro que Momusu en cuanto a actitud y concepto. También las Sakurazaka46 por los mismos motivos.
Aunque tengo que decir que de las nuevas generaciones de AKB48 no conozco a nadie. Estoy bastante desconectado de ese grupo, sí. Aunque igual en un futuro cercano me toca hacer un texto de este estilo si me da por redescubrirlas y me acaban sorprendiendo xD.
La única de Nogizaka46 que se me viene a la cabeza que haya seguido en esto de la música.
Muy activa últimamente por cierto.
Fan declarada de Hello! Project. Además ha compuesto para grupos como Morning Musume o BEYOOOOONDS, mientras que Tsunku produjo para ella temas como I&You&I&You&I o Miss Fortune Love.
Por ejemplo actuando con la primera generación:
Qué importante Hello! Project. Tan vasto, tan ecléctico, tan energético. Empecé a escucharlas hace 16 años, una locura. Me alegra que te hayas convertido.