Cuando una idol desaparece del todo
Una reflexión sobre el legado de Nanami Hashimoto y el impacto de las despedidas definitivas en el mundo idol

Este artículo forma parte del Express #165
Cada vez que escucho a las Nogizaka46 en Apple Music y veo el recopilatorio Time Flies (vaya título, por cierto, duele bastante), es inevitable que me invada una sensación de vértigo. Y más aún cuando caigo en la cuenta de que se acaban de cumplir ocho años de la graduación de Nanami Hashimoto y no puedo evitar sentir el mismo vacío que en 2017, cuando se apartó de la vida pública de un día para otro después de salir de la citada formación idol. A esto se suma su reciente desaparición de Instagram, su último nexo con el público, y que reaviva esa ausencia permanente. Algo que inevitablemente me ha hecho ver a mucha gente en las redes sociales, durante estas mismas fechas, también lamentándose al respecto1.
Este tipo de despedidas y ausencias nos enfrentan a nuestras propias pérdidas de una manera inesperada. En el mundo idol, donde las carreras son efímeras por naturaleza, estamos acostumbrados a los ciclos de graduación y renovación. Sin embargo, hay casos que, por su impacto o su forma de retirarse, dejan una huella más profunda. Pero hay algo todavía más distintivo en el caso de Nanami Hashimoto. Su adiós no fue solo el final de una etapa, sino un corte definitivo con el mundo del entretenimiento. Y ese tipo de finales, en un mundo donde casi siempre hay segundas oportunidades, son los que realmente trascienden con el tiempo.
El vacío que deja una idol cuando se va
Sí, es curioso cómo una idol puede ocupar un espacio en nuestras vidas sin que lo notemos hasta que se va. Cuando un actor o cantante se aleja, siempre existe la posibilidad de un regreso. Un nuevo álbum, una nueva película. En cambio, con una idol que decide desaparecer del todo, no hay esa certeza, por lo que su retiro puede ser definitivo, dejando solo recuerdos y la huella de lo que fue (y el pensamiento de lo que podría haber sido2). En ese sentido, realmente el caso de Nanami Hashimoto no es único. Mismamente en Nogizaka46 ha habido otras graduaciones seguidas de un retiro completo3, pero ninguna con el mismo grado de conmoción que la de Nanami.
Sin embargo, lo que hizo su despedida tan impactante fue la forma en que se dio después de haber sido una de las imágenes más presentes del grupo4: rápida, sin promesas de volver y con un corte limpio que pocos artistas hacen. Fue como cuando te gradúas de la universidad5 y dejas de ver a alguien con quien compartiste años, incluso si nunca forjaste una relación profunda. Quizá se tratase de esa compañera de clase que siempre estuvo ahí, pero a la que nunca te atreviste a hablarle demasiado. Pero luego, con los años, la recuerdas por algún casual y te preguntas qué habrá sido de ella. La diferencia es que, en el mundo actual, esa pregunta suele tener una respuesta fácil gracias a las redes sociales. Con Nanami, durante años, esa respuesta no existía.
El día en que Nanami decidió desaparecer
Nanami Hashimoto no fue solo una idol más. Desde que en 2011 pasó la audición para Nogizaka466 (la respuesta más elegante, nostálgica y refinada, estilísticamente hablando, de las AKB48), y su presencia destacó ya en un principio en un grupo que, por naturaleza, estaba destinado a renovarse constantemente. Su imagen sofisticada, con su icónico corte de pelo que dejaría crecer a medida que pasaba el tiempo, su carácter reservado pero mordaz en programas como Nogizaka Under Construction, así como su rol como modelo y actriz a partir de que su popularidad aumentaba, todo presagiaba que tenía una carrera larga por delante. Pero en octubre de 2016, cuando anunció su graduación para el día de su 24º cumpleaños, dejó claro que no sólo abandonaba el grupo, sino que se retiraba por completo de la vida pública. Y lo hizo.
Así que el 20 de febrero de 2017, en el Saitama Super Arena ante 35.000 personas, fue la última vez que la vimos como artista. No hubo cuenta de Twitter a la que seguir, no hubo anuncios de nuevos proyectos. Simplemente desapareció, dejando a sus fans en shock desde que anunció que lo dejaba. Más cuando otras idols suelen continuar sus carreras como actrices, modelos o solistas7. Pero Nanami no. Su decisión de borrarse fue irónica: coincidió con el éxito de Sayonara no Imi, el primer millón de copias de Nogizaka46, donde por primera vez fue center8.
En su última aparición en Nogizaka Under Construction, explicó el porqué de esta decisión: básicamente había entrado a un grupo idol por necesidad. No solo porque no tenía “un duro” para subsistir en Tokio después de venir desde Asahikawa en Hokkaido9, sino también para poder ayudar económicamente a su familia y, en especial, a su hermano menor que había comenzado la universidad. Y en ese momento que había cumplido ese propósito, no veía razones para seguir. Fue una conversación algo fría, casi pragmática, pero no por falta de gratitud. Más bien, reflejaba la forma en que vivió su carrera: como una meta que debía cumplir antes de seguir adelante.
Así que para quienes la siguieron durante años con la esperanza de que después de una hipotética salida de Nogizaka46, estuviera presente de alguna manera, aquello fue un shock. No solo por la despedida en sí, sino porque su adiós obligaba a confrontar algo más profundo: la realidad de que todo es temporal. Que incluso quienes parecen destinadas a brillar en los escenarios o en solitario pueden decidir, simplemente, dejar de existir para el público.
Eso sí, parecía que su historia con el ojo público había llegado a su punto final, hasta que, de manera inesperada, una pequeña luz se encendió en 2023.
El breve reencuentro
Por eso cuando se hizo viral hace un año que se había descubierto una cuenta que Nanami había abierto en Instagram meses atrás, esa sensación de felicidad, de volver a experimentar lo que hace años se fue y no había posibilidad de retomarlo, se hizo extremadamente intensa. Por supuesto, fue noticia y pronto superó los 250.000 seguidores, a pesar de apenas publicar nada. Su grid era mínimo: una foto de una botella de Meiji Ichigo (muy a lo insta añejo), tomada en verano de 2023, y otra publicación con dos imágenes donde se la veía en una playa. Fue un pequeño milagro para quienes la seguían. De repente, teníamos una imagen real de ella, con la misma serenidad de siempre. Y con ello, surgieron las preguntas inevitables:"¿estará bien?", "¿volverá algún día?".
Antes de esto es cierto que muy puntualmente se sabía algo de ella10, pero casi siempre era información de terceros, no por iniciativa propia. Igualmente estas apariciones eran un tipo de gesto muy reconfortante y servían de consuelo para los más nostálgicos. A raíz de la noticia de la cuenta de Instagram, poco después se supo que actualmente Nanami trabaja en Sony Music, en un nuevo departamento que gestiona eventos de arte vinculados con músicos11, un rol que parece encajar perfectamente con su personalidad reservada y su interés en el trabajo detrás de cámaras.
Aparte, antes de esto, parece ser que trabajó en una agencia de artistas ajena a Sony y en un programa de Tokyo MX como supervisora. Todo esto demostraba que, aunque haya dejado los escenarios, realmente parece ser que ha estado conectada al mundo del entretenimiento durante todo este tiempo. De hecho hasta había gente que veía no muy alejada la posibilidad de que volviera al redil de una manera u otra.
Sin embargo, lo que parecía un puente hacia el presente terminó siendo otro punto final. En cuestión de meses, esa frágil conexión con su mundo volvió a desvanecerse este mismo febrero.
Otro cierre amargo
El cierre de sus redes sociales no es comparable a su retiro de 2017, pero para mucha gente indudablemente ha podido evocar una sensación parecida. Es la impresión de que algo que parecía haber vuelto, en realidad solo pasó fugazmente. Como si, por un momento, hubieras vuelto a tener un pequeño atisbo de su mundo, solo para que se desvaneciera otra vez.
Es irónico: Nogizaka46 se renueva constantemente, como todo grupo idol. Integrantes van y vienen, generaciones cambian, y el grupo sigue su curso12. Pero quienes siguen a una componente en particular, no siempre se adaptan a ese ciclo. Básicamente porque no todas son reemplazables. Y más cuando una desaparece sin intención de volver a dejar rastro y que deja una ausencia difícil de llenar para quienes la siguieron de cerca. Llevo en esto el tiempo suficiente para saber que es parte del ciclo natural de estas formaciones. Con el tiempo, aprendes a aceptar la dinámica, nos enseñan que el mundo idol es brillante pero efímero, que el cambio es constante. Ese es el propósito de tener tantas chicas y tantas generaciones en un grupo, siempre hay algo nuevo de lo que darle importancia después, aunque siempre exista un poso nostálgico por las que ya no están.
Al final, Nanamin logró lo que se propuso, aunque de una manera poco convencional: ser idol por necesidad, convertirse en una de las más reconocidas, ganar lo suficiente para ayudar a los suyos y, tras un lustro en el grupo, retirarse para vivir una vida normal. Por lo cual, por cierto, se le adjudicó el mote de la idol legendaria en los medios japoneses. Sí, Nanami Hashimoto dejó la industria hace años y recientemente rompió su último vínculo con el público13, pero su presencia sigue siendo recordada. Quién sabe si volveremos a saber de ella en el futuro. Por ahora, su historia resuena con un eco familiar: el de un adiós sin promesas, pero con una huella imborrable. En fin, solamente queda decir aquello de Mata dokoka de, mata itsuka—hasta otra, en otro tiempo y en otro lugar.
¡Nos vemos el viernes 28 con un nuevo Express!
El día 20 fue trending topic mismamente.
Realmente que se haya alejado de la primera linea de la industria no es algo que me importe en demasía aunque pueda parecer lo contrario. O sea, de haber seguido imagino que la graduación se habría retrasado un par de años como mucho y le habría tocado de lleno la época dorada del grupo (que cubre más o menos del 2015 al 2020). Ya después de eso ya se habría centrado en rodar películas y doramas, como hacen sus compañeras más representativas. En materia musical, aunque leí que tenía unos gustos muy interesantes –era una chica rocker, fan de grupos como Quruli, Yura Yura Teikoku, Radwimps, Maximum the Hormone…– dudo que se adentrara en una carrera en solitario, salvo alguna colaboración quizá. Un poco como ha ido haciendo Asuka Saito con Mondo Grosso. Creo que en el texto dejo claro que esto trata del porqué es tan chocante que, después de toda la proyección que tuvo, no hayan signos de vida en un caso tan importante como el de Nanami Hashimoto.
Sayaka Kakehashi (que creo recordar que tenía problemas de salud) y Seira Hayakawa. Esta última se retiró en 2023, poco después de un evento desafortunado relacionado con una denuncia que esta hizo a hacia uno del staff por temas de acoso.
Era una de las llamadas Gosanke que podemos ver en la imagen (del día de la graduación). Un trío dentro de Nogizaka46 formado junto a otras dos de las populares: Sayuri Matsumura y Mai Shiraishi. También estaba en programas de TV y radio, era modelo en revistas como CanCam…incluso aparecía en cine, series y documentales.
Justamente la carrera de Nanami Hashimoto en Nogizaka46 coincidió con mi paso por la universidad. El símil viene en parte por eso, sí.
El proyecto de Yasushi Akimoto, el creador de las AKB48 (las reinas de la música japonesa durante gran parte de la década pasada) que tenía como misión replicar para Sony Music el mismo éxito de estas. Curiosamente AKB48, antes de su explosión estaban en Sony, por lo que estaba claro que Nogizaka46 surgió para enmendar errores. Nanami resultó ser una de las 36 seleccionadas en verano del 2011, siendo además una de las 16 senbatsu. O sea, las componentes más importantes que además representaban al grupo en programas musicales, eventos y conciertos.
Es que sus ex-compañeras de Nogizaka46 no paran de ser noticia: Erika Ikuta acaba de anunciar un EP que contendrá un tema escrito por Shiina Ringo. Asuka Saito está a punto de recibir el premio a la mejor actriz revelación en los Japan Academy Film Prize dentro de unas semanas. Nanase Nishino protagoniza una serie de anuncios para el nuevo Monster Hunter y seguramente aparezca en alguna producción en breves. Pero de Nanami, la noticia es que ha vuelto a desaparecer.
Ya sabéis, la que ocupa el lugar principal en las actuaciones e interpreta más tiempo en una canción.
Muchas de estas cosas sobre el dinero las contó ya cuando el grupo empezó a despuntar totalmente en 2015, concretamente en el documental Kanashimi no Wasurekata que protagonizaban las cinco más importantes del grupo en la época: Nanase Nishino, Mai Shiraishi, Erika Ikuta, Rina Ikoma y Nanami Hashimoto. Esta obra, que por su tono amargo seguramente fue el que hizo que hubiera más conexión hacia unas chicas que, a pesar de las apariencias refinadas que fomentaba el proyecto, se mostraban los trasfondos no tan ideales de ellas.
Por cierto, fue a Tokio para estudiar en la Universidad de arte de Musashino, donde estuvieron gente como Seiko Oomori y Etsuko Yakushimaru. La imagen esta del citado documental es en ese lugar, hay un rato en el que se quedan por ahí.
Un perfil en Instagram en 2018 que se borró, aunque esto en su día no lo supe sinceramente. Y alguna aparición en algún evento como staff en Nogizaka46 y en la apertura de un salón de belleza. Pero sorprendentemente lo primero que se supo después de su retirada fue en la prensa rosa porque resulta que se la veía a menudo con Shunsuke Muramatsu, uno de los jefazos de Sony Music. Se emitió un comunicado desmintiendo relación alguna, que todo era básicamente para aconsejarle en su entrada en la discográfica en algún trabajo de gestión.
Mismamente publicó una foto con una taza que pertenecía a una exposición de arte de Teresa Ikeda, actual componente representativa de Nogizaka46. O sea, el trabajo va sobre eso, planear y supervisar exposiciones de esta gente.
Es bien sabido que las componentes que se gradúan legan muchas veces sus tramos cantados a alguien de la siguiente generación. Asuka Saito básicamente fue la heredera de Nanami en este caso, eran cercanas por lo que se sabe. De hecho puede que el carácter “realista” de Asuka viene un poco de Nanami.
Ya os habréis fijado que este texto se basa en gran parte a esta desaparición de redes sociales. Justamente hay muchas cuentas que en esos días (como la de Minami Hamabe o la del programa que tiene Asuka Saito con Hama Okamoto) dejaron de funcionar a la vez, aunque la mayoría ya se han recuperado. Hay un par relacionadas con Nanami y Nogizaka46 (como la de Marika Ito, otra ex-componente del grupo) que todavía no lo han hecho por alguna razón… O sea, igual todo esto es un descuido y resulta que esta entrada parte de este fallo que puede subsanarse 😶.